Con el auge de las fresadoras CNC, cabe preguntarse si todavía es recomendable invertir en una fresadora convencional. Al respecto hay que decir que esta máquina es una de las mejores herramientas rotatorias de múltiples filos.
Su sistema de arranque de viruta es eficaz para trabajar con casi cualquier material, dentro de los cuales destacan el acero y la madera, pero también es posible utilizarla con materiales sintéticos, metales o fundiciones de hierro. Además, puede ser usada para trabajar con una amplia variedad de superficies, independientemente de si son dentadas, de ranuras, curvas o planas.
Esto ha convertido a la fresadora convencional en una herramienta básica en los procesos mecanizados. Su principal contraparte en la actualidad es la fresadora CNC, la cual tiene un control numérico computarizado. Sin embargo, aunque la fresadora convencional carezca de dicha característica, también es capaz de hacer trabajos bastante precisos, salvo cuando la complejidad de los mismos es extremadamente alta.
Asimismo, reduce drásticamente la duración de los procesos de mecanizado, puesto que no es necesario realizar una programación para trabajar con una pieza sencilla, algo que sí ocurre en el caso de las fresadoras CNC. Además, al ser herramientas más sencillas a nivel tecnológico, tienen también un coste menor. Por ello, muchas veces pueden dar como resultado una inversión más rentable.
Por otro lado, si se desea adquirir una fresadora convencional, pero posteriormente se desean obtener las ventajas de las fresadoras CNC, existen mecanismos para adaptar a las fresadoras convencionales a un sistema de control numérico computarizado.
Recomendaciones al utilizar una fresadora convencional
Es importante considerar una serie de factores antes de adquirir una fresadora convencional. La primera es que no todas las fresadoras son iguales, ya que presentan variaciones a nivel técnico, de potencia e incluso de accesorios compatibles. Por ello, para asegurarse de que es interesante invertir en una de estas máquinas, se debe conocer con antelación cuál será el uso que se le dará.
Manipulado
Además, se debe recordar que estas máquinas exigen el cumplimiento de ciertas especificaciones de calidad para ser seguras. Para garantizar que se cumplan en todo momento, es necesario que solo sean manipuladas por personal altamente cualificado.
También es importante recordar que para garantizar el correcto funcionamiento de las fresadoras convencionales y los elementos que las componen, es necesario que siempre cuenten con niveles óptimos de lubricación del corte y de refrigeración líquida. Por ello, además de limitar su uso a operarios cualificados, también es necesario que se preserven las adecuadas condiciones laborales.
Asimismo, se debe tener en cuenta que estas máquinas están diseñadas para la producción de diferentes superficies. Ejemplos de ello pueden ser las angulares, planas, irregulares, o para realizar en ellas ranuras y muescas. De igual forma, se pueden usar para perforar, cortar ensambles, taladrar y escariar. Si se desea utilizar para otras funciones, no es una inversión adecuada.
Configuración de la fresadora convencional
Además de las funciones que se van a realizar, se debe considerar el material que se va a mecanizar, el proceso al que se someterá y la forma en que se desea sujetar la pieza, ya que estos factores son importantes para determinar aspectos como el tipo de fresadora convencional más conveniente o el nivel de potencia necesario.
Cabe destacar que la adquisición de este tipo de máquinas también exige la compra de ciertos productos para evitar los daños debido a sus sistemas eléctricos, como los avances automáticos, lámparas de trabajo, motores de husillo y bombas de lubricación.
Por último, hay que mencionar que se debe considerar sujetar la pieza con elementos adecuados de sujeción de acuerdo al trabajo que se va a realizar. Además, se debe verificar siempre que las herramientas que se usarán en las diferentes operaciones se ajustan a estándares de calidad óptimos.
Tipos de fresadoras convencionales
Las fresadoras convencionales se dividen en dos tipos de acuerdo a sus características:
Fresadoras horizontales
Este tipo de fresadoras posee una fresa cilíndrica que está sujeta a una columna que se fundamenta en dos extremos por un rodamiento. En base a esto, suele tener dos usos principales. Producir ranuras de grosor variado, o para ser utilizada con fresas paralelas que permitan trabajar más eficazmente.
Fresadoras verticales
A diferencia del anterior tipo, aquí el husillo portaherramientas gira perpendicularmente con respecto a la pieza que se trabaja y sobre su eje horizontal. Obtiene su nombre por ser la única fresadora capaz de moverse verticalmente; ya sea haciendo que el cabezal descienda hasta la pieza o haciendo que la mesa suba hasta el cabezal.
Funcionamiento de la fresadora convencional
Con respecto a cómo funcionan estas máquinas, se debe mencionar que el funcionamiento radica en una herramienta de corte que gira a gran velocidad. La pieza se debe mover a través de la herramienta de corte mientras gira, de forma que se arranque material hasta que se obtenga la forma deseada. En las fresadoras convencionales, este movimiento es realizado manualmente por un operario.