En los últimos años los robots han ido cambiando los distintos sectores de la industria, hasta transformarla en la reciente industria 4.0, una especie de revolución donde la inteligencia artificial tiene mayor participación en los procesos productivos. Una de las causas de esta nueva era industrial es la llamada robótica colaborativa.
Participación de la robótica en la industria
La robótica es una ciencia que abarca varios campos de la tecnología y la electrónica; el objetivo de esta disciplina es crear máquinas capaces de imitar ciertos comportamientos humanos. El término robot fue acuñado y utilizado por primera vez en 1920; aquí surgió el concepto de máquinas capaces de acabar con los trabajos pesados de los peones de las fábricas.
Aunque los robots surgieron como parte de la ciencia ficción, fue precisamente en estas obras de la literatura donde se establecieron los fundamentos de la robótica. De este modo encontramos que un robot no puede dañar a los humanos; que los robots deben de cumplir una serie de órdenes dadas por los humanos y, por último, deben velar por su existencia siempre y cuando no entren en conflicto los dos primeros principios. Con el paso de los años, los robots dejaron de ser solo algo de la ciencia ficción y se convirtieron en objetos tangibles y bastante reales.
Así nació la robótica colaborativa, una parte de la robótica en la que se crean máquinas, con suficiente inteligencia artificial para realizar tareas en colaboración con los seres humanos. De este modo, robots y humanos trabajan juntos para poder facilitar los procesos productivos.
Cobots: principales actores de la robótica colaborativa
En la robótica colaborativa los principales actores son los cobots; robots programados para trabajar en conjunto con los humanos en la llamada industria 4.0. Los cobots, como todos los robots, deben de seguir una serie de normas de seguridad para que el trabajo sea seguro para los obreros de las fábricas y con ello reducir al mínimo los accidentes laborales.
Es importante aclarar que no es lo mismo un cobot que un androide o un robot doméstico. Por ejemplo, los cobots están diseñados para una programación fácil y cuentan con sistemas operativos bastante sencillos; además, esta programación puede regularse y ajustarse según las necesidades del trabajo. De este modo, los cobots pueden realizar múltiples tareas, mientras que los robots domésticos (por ejemplo, el aspirador) suelen estar programados para una única actividad.
Por otra parte, las máquinas de la robótica colaborativa están fabricadas con materiales muy ligeros y emplean sensores que tienen la capacidad de detener la actividad en caso de detectar movimientos inusuales y que pongan en riesgo la seguridad de los obreros. Por último, los cobots permiten la creación de productos hechos a medida según lo que los clientes soliciten; de ahí que sea indispensable que los obreros de la industria 4.0 cuenten con la capacitación adecuada para poder operar estas máquinas.
Tipos de cobots
Según la Federación Internacional de Robótica, existen dos tipos diferentes de cobots:
- Cobots que cumplen con la norma ISO 10218-1, que reúnen los requisitos necesarios para que el trabajo sea seguro.
- Cobots que no cumplen con la norma ISO 10218-1, que no cuentan con los estándares internacionales, pero sí han pasado las regulaciones nacionales o regionales. Por ejemplo, cobots que pueden ser válidos en países de la Unión Europea, pero no en el resto del mundo.
Ventajas de la robótica colaborativa en la industria 4.0
La inclusión de la robótica colaborativa en las fábricas no trae más que beneficios para la industria. Para empezar, un cobot es capaz de realizar trabajos pesados, de manera rápida y eficiente, lo que permite que los operarios puedan dedicarse a realizar otro tipo de tareas; lo único que se requiere es programar al cobot para indicarle qué es lo que tiene que hacer. Esto, en consecuencia, permite que los obreros liberen su carga de trabajo.
Además, el tiempo que le lleva a un cobot realizar una tarea hace que los costes del proceso productivo se reduzcan considerablemente, al no tener que emplear obreros durante largas jornadas para la producción de un producto. Es decir, se reducen los tiempos del proceso y es un beneficio para el cliente y también para la fábrica o taller.
Los cobots cuentan con la ventaja de ser muy fáciles de programar y manejar, además, resultan mucho más económicos que las máquinas automatizadas tradicionales. Por otra parte, al estar fabricados en materiales ligeros y contar con un tamaño bastante reducido, los cobots pueden transportarse con facilidad.
Relación humano-cobot
No importa cuánta Inteligencia Artificial tenga una máquina, pues siempre será el humano el encargado de programarla para que ejecute las tareas que tiene que realizar. Pero, ¿puede la robótica colaborativa reemplazar a los trabajadores? Al contrario, los cobots se encargan de mejorar la productividad de los operarios y los liberan de tareas que resultan repetitivas y que, en ocasiones, pueden acarrear lesiones, para permitirles desempeñar tareas más complejas.
En el proceso productivo, el humano aporta la capacidad de resolución de conflictos, destreza y flexibilidad; por su parte, el cobot se encarga de aportar la fuerza, precisión y resistencia.