Una de las partes fundamentales en los procesos productivos de la industria metalmecánica es guardar correctamente los productos fabricados. Esto se consigue porque los talleres cuentan con un depósito bien organizado para poder gestionar sus productos. Dentro de los grandes retos de la industria 4.0 está conseguir un almacenaje mecanizado. Pero, ¿en qué consiste?

Automatizar los almacenes: reto de la industria 4.0

La industria 4.0 hace referencia a una cuarta revolución de las máquinas y pretende instalarse por completo en la tercera década del siglo XXI. Los actores principales de esta revolución son los robots (en todos sus tipos), diseñados específicamente para llevar a cabo una gran transformación en los procesos productivos de las fábricas. Se trata de una manera de reorganizar y redistribuir la cadena productiva, desde la obtención de las materias primas, su mecanizado y posterior almacenaje, utilizando la inteligencia artificial. 

Con esto no solo se conseguiría hacer más eficientes los recursos, sino disminuir los tiempos y costes de producción, así como la intervención humana. De esta manera, los operarios podrían aumentar su rendimiento y se disminuiría el riesgo de accidentes laborales. 

A día de hoy es cada vez más frecuente encontrar distintos proyectos de robótica industrial como los brazos robóticos que se acoplan a las máquinas herramientas CNC (tornos, fresadoras y centros de mecanizado) y que se encargan, incluso, de cargar y descargar la máquina. Pero hay un paso del proceso productivo que aún no termina de consolidarse del todo en esta nueva revolución industrial; se trata del almacenaje mecanizado.

¿Qué es un almacenaje mecanizado?

El almacenaje mecanizado poco a poco va haciéndose un hueco en la industria metalmecánica y demás sectores como el manufacturero o el automotriz, con la inclusión de máquinas capaces de almacenar las piezas fabricadas con la mínima intervención humana. 

¿Cuáles son las ventajas del almacenaje mecanizado? Para empezar, se reducen los tiempos de guardado y retirada de productos, pues son las máquinas quienes hacen todo el trabajo, pero previamente programadas u operadas mediante sofisticados softwares, por un operario. Por otra parte, se hace una mejor distribución del depósito y optimización del espacio. Gracias a complejos sistemas informáticos se puede tener un mejor control del stock de mercancías y saber cuándo una pieza abandona el depósito o cuándo una nueva pieza se incluye con las demás. 

En la metalmecánica muchas empresas siguen utilizando softwares muy básicos donde son los empleados quienes tienen que crear el almacén y añadir, de forma manual, todos los productos que entran y salen. Esto, la mayoría de las veces, si no se lleva un control adecuado, supone una desorganización del almacén. Por ejemplo, hay piezas que están registradas, pero, físicamente no se encuentran en el taller porque, por errores humanos, no se marcó su salida. 

Afortunadamente, el almacenaje mecanizado ayudaría a llevar una mejor gestión de los recursos. Hoy en día existen distintos grados de mecanizado de los almacenes, distinguiéndose así tres tipos de depósitos: almacenes convencionales, automatizados y automáticos. 

Almacenes convencionales, pero ligeramente automatizados

Son los almacenes que predominan en las fábricas, con medios de almacenaje muy sencillos, donde la carga y descarga de mercancías las realizan los operarios valiéndose de medios mecánicos como las carretillas elevadoras. 

También es posible que los operarios se sirvan de un polipasto para guardar los productos en la parte más alta de las estanterías. Los polipastos son máquinas formadas por poleas, cuerdas, cables o cadenas que se utilizan para levantar cargas muy pesadas. Es posible encontrar en el mercado polipastos eléctricos que funcionan con mando a distancia y que permiten elevar cargas muy pesadas con el mínimo esfuerzo.

Almacén automatizado

Este tipo de almacenes se caracteriza porque el almacenaje se hace utilizando medios mecánicos. El espacio entre las mercancías es mucho menor que en los almacenes convencionales, con el propósito de optimizar el espacio.

Dentro de las máquinas que pueden emplearse en estos almacenes encontramos:

• Transportadores, que realizan la comunicación entre las cabeceras de estanterías con las zonas de entrada y salida.
• Transelevadores, que localizan el producto y lo extraen de las estanterías
• Softwares de control y gestión de almacenes. El primero se encarga de ejecutar los procesos de retirada de mercancías mientras que, el segundo, localiza los productos y decide dónde colocarlos.

Almacén automático

Ligeramente parecido al almacén automatizado, pero se trata de un almacenaje mecanizado completo, y representa el objetivo final de la industria 4.0. Los almacenes automáticos están diseñados para funcionar sin la intervención de un operario. Aquí se emplean robots para manipular las cargas, lo que permite mayor eficacia, rapidez y facilidad de extracción o colocación de las mercancías. Básicamente, en este tipo de almacenes, los trabajadores ni siquiera tienen que circular por los pasillos, algo que aumenta la seguridad.

Según el tipo de industria en la que operen, podemos encontrar, entre otras, las siguientes máquinas y sistemas:

• Estanterías operadas por transelevadores: con carga paletizada de gran altura. Se operan por equipos totalmente robotizados.
• Estanterías operadas con carro satélite: operadas por un carro transportador